Un nuevo espacio dedicado a la profundización del ser, pues sólo tomando conciencia de lo que somos, de lo que nos rodea, de lo que nos afecta, nos motiva e interesa, es como podemos desarrollarnos y emprender el camino que nos conduzca a la realización personal.

Analytics

miércoles, 16 de septiembre de 2015

A vueltas con la meditación

Hoy en día se habla mucho de la necesidad de practicar la meditación, pero no acabamos de tener muy claro ni lo que realmente es ni cómo ejercitarlo. Me gusta mucho leer libros sobre meditación, y cada uno de ellos añade algún punto de interés que me ayuda a reconsiderar y poner en práctica medios para poder meditar lo más adecuadamente posible de acuerdo a mi propia idiosincrasia. El caso es que este verano he podido disfrutar muchísimo con un libro que aborda este tema desde casi todos los puntos de vista y que ayuda mucho a ese pensamiento occidental que tenemos y que a veces nos hace difícil entender el oriental de forma más práctica.

El libro en cuestión es Aprenda a Meditar, escrito por Eric Harrison, y de este libro yo creo que podemos aprender muchas cosas realmente. En primer lugar porque el autor demuestra ser todo un profesor; no digo ya un "maestro", sino un profesor, es decir, alguien con grandes dotes para enseñar de manera pedagógica; alguien que se pone en nuestra piel, independientemente de las ideas que pueda tener y que trata de que todos puedan alcanzar el gozo del estado meditativo.

En primer lugar, Eric Harrison nos intenta aclarar lo que se considera "meditación" en oriente, y lo que pensamos que es "meditación" en occidente; y aunque no coincidan ambos puntos de vista, el autor no decide por nosotros cuál es el punto de vista correcto sino que llama a cada uno a que decida cuál es el sistema que mejor se ajusta a la persona que desea practicarla. Así, nos habla de como para unos meditar es hacer el "vacío" en la mente y dejarse llevar; mientras que para otros es concentrarse en un tema concreto y ponderarlo. No importa esta diferencia porque lo que une a ambas corrientes es la palabra que sirve de base a este blog: la consciencia. Sí, meditar es hacerse consciente, llegar a ser consciente, ni más ni menos.

Además de explicar muchas formas distintas de meditar, nos anima a hacerlo sin esperar a viajar a algún lugar como el Himalaya, sino sencillamente a hacerlo parte integrante de nuestro vivir cotidiano; porque, sin restarle importancia a los retiros en lugares especiales para practicar la meditación (cosa que también recomienda), señala con fuerza la necesidad de buscar sencillamente unos minutos cada día, así como ir adaptándola e integrándola en nuestro vivir cotidiano, ya sea mientras realizamos tareas del hogar, como cuando esperamos en la cola del autobús, o a la vez que caminamos o simplemente contemplamos un paisaje o miramos por la ventana.

Si pincháis en el enlace, podéis obtener una muestra a través de Google Libros para valorar el interés de su contenido para cada uno. A mí, verdaderamente me ha parecido un excelente descubrimiento y por eso lo comparto con todos vosotros.

jueves, 3 de septiembre de 2015

¿Cuál es tu vocación?

De vuelta del periodo vacacional, parece un buen momento para abordar un tema tan importante como la vocación particular, ya que llega el momento de retomar de alguna manera aquello que llamamos la vida activa... y productiva. Llega el momento de retomar o iniciar ocupaciones que pueden estar más o menos de acuerdo con nuestros gustos o no. No olvidemos que hacer no equivale necesariamente a ser. Muchas veces, a la hora de pretender averiguar la profesión de alguien, le preguntamos de forma general qué es, y la persona suele responder rápidamente explicando aquello que hace, es decir, aquello en lo que trabaja, y las respuestas pueden ser muy variadas: soy ama de casa, profesor, piloto, conserje, médico, periodista, peluquero... Pero yo creo que partimos de un error muy grande pues lo que haces no tiene que corresponder necesasriamente con lo que eres. ¡Cuántas veces te has visto obligado a realizar funciones que no te definen como persona ni se identifican con tus gustos! Y esto que aplicamos a las profesiones podríamos aplicarlo igualmente a pautas de conducta aprendidas, o bien a actividades que realizamos por gusto o por sentirnos obligados a emprenderlas. 

¿Lo que haces define lo que eres? En esta pregunta yo diría que está contenido el tema que da título a este artículo: la vocación. ¿Qué se entiende por vocación? Aquello a lo que uno se siente llamado. Sí, es una llamada que surge de dentro, un impulso que nos mueve hacia una dirección determinada en lugar de hacerlo hacia otra. A veces esa vocación puede confundirse con los deseos de los demás, con las modas y tendencias, con las actitudes generales del entorno en el que nos encontramos, etc.; pero la verdadera vocación está ahí intentando hacerse notar, aunque a veces lo haga utilizando una voz tan bajita e inaudible que apenas es reconocida por quien debiera escucharla.

Cuando hablamos de vocación la mayoría entendemos la profesión a la que deseamos dedicarnos y en ello vemos una gran fuerza motora que nos guía en la dirección adecuada... y claro, surge la frustración si no logramos ejercer aquella profesión que consideramos nuestra verdadera vocación.

Pero no, no confundas términos; tu vocación no es realmente el trabajo o función que realizas, sino algo mucho más profundo: el motivo por el que lo haces o deseas hacerlo.

Fíjate, puedes creer que tu vocación es ser profesor, pero quizá tu verdadera vocación más que ejercer la función docente como una profesión con un horario y un sueldo determinado la hayas elegido porque lo que deseas es transmitir el conocimiento adquirido; y ésa es tu vocación, no necesariamente la de profesor, puesto que puedes transmitir ese conocimiento de otras múltiples maneras: a través de la escritura, a través de consultorías, por medio de conversaciones aparentemente accidentales con la cajera del supermercado, con el señor que se sienta a tu lado en el autobús, con la señora que pasea su perrito mientras tú practicas estiramientos en el parque... Como verás, tu vocación de transmitir el conocimiento adquirido para compartirlo con los demás puedes ejercerlo de muchas maneras además de la profesión que hayas elegido. Y así sucede con cualquier profesión, con cualquiera. La verdadera vocación es el motivo por el que decides moverte y actuar para ejercerla, no el puesto en el que crees que debes desarrollarla

Y ahora pregúntate en silencio: ¿cúal es tu verdadera vocación?